El deporte en el agua es una forma excepcional no solo de disfrutar de unos ejercicios diferentes y refrescantes, sino también de evitar impactos y hacer la tonificación mucho más accesible para cualquiera.
¿Quién no quiere lucir un vientre plano y definido? Los abdominales son sin duda una de las zonas que más impacto estético tienen en cualquier figura, tanto masculina como femenina. Además, trabajar unos ejercicios abdominales en el agua es también la mejor forma de no abandonar el ejercicio físico durante las vacaciones de verano. ¿Qué mejor plan hay que conseguir una mejor figura mientras te relajas en la piscina o el mar? Estos son los mejores ejercicios abdominales para hacer en el agua.
Flotación
Aunque pueda no parecer un ejercicio por lo sencillo y agradable que resulta, limitarte a flotar en el agua puede ayudarte a tonificar tus abdominales mientras simplemente te relajas o charlas con quien te acompañe.
Déjate flotar boca arriba en el agua, con los brazos abiertos moviéndolos lo justo para mantenerte a flote y procurando mantener las piernas extendidas e inmóviles mientras aprietas el abdomen manteniéndolo en tensión.
Puedes empezar con series de unos treinta segundos o alargarlas si sientes que puedes con más. Lleva a cabo cinco series con descansos de unos quince segundos entre ellas.
Bicicleta acuática
Este clásico de las sesiones de gimnasia acuática lo es por buenos motivos, y es que resulta muy beneficioso para cualquiera sin importar su nivel. Apoya los brazos en el bordillo de la piscina y mantén los pies sin tocar el suelo, girándolos como si pedalearas en una bicicleta mientras mantienes el cuerpo en su sitio controlando la tensión en el abdomen.
Lleva a cabo tres series de un minuto, con treinta segundos de descanso entre series. Si sientes que es poco, puedes alargar las series hasta noventa segundos o dos minutos.

Este ejercicio también es de piscina pues, necesitarás de un bordillo, aunque también puede realizarse en mar sin problemas con una pequeña tabla de flotación a la que agarrarse. Vale cualquiera con tal de que te ofrezca una superficie recta y con flotabilidad.
Con los brazos extendidos y agarrado a la tabla o el bordillo, estira también todo el cuerpo como si fueras a nadar en estilo crol, es decir boca abajo y ladeando la cabeza cuando sea necesario para coger aire, o directamente alzándola para poder respirar más cómodamente en todo momento.
Patalea impulsándote como al nadar, prestando especial atención a mantener el abdomen en tensión para que el cuerpo se mantenga recto y no pierda la horizontalidad, tan en la superficie como sea posible.
Mantén el esfuerzo entre treinta segundos y un minuto y descansa otros quince segundos entre series. Haz cinco series completas.
De nuevo, aquí necesitarás del bordillo, aunque puedes usar también una superficie o tabla de flotación. Apoya los codos en el bordillo o tabla y mantén el cuerpo en posición vertical, donde no hagas pie.
Desde ahí, junta las rodillas y eleva las piernas hasta poner las rodillas a la altura de tus caderas, y desde ahí vuelve a bajar despacio y de forma controlada. Realiza quince repeticiones y cinco series, descansando treinta segundos entre ellas.
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